12/30/2013

kiters d'albufera

Ya llevaba pensando hacer esto bastante tiempo, y por fin me decidí, los arrozales estaban llenos, sin sembrar y el viento soplaba fuerte a rachas, el agua estaba plato, un spot perfecto y un paisaje maravilloso, apenas a cinco kilómetros de casa.
Lo que mas me llamó la atención fue aquel silencio interrumpido por el constante sonido de la tabla deslizándose a toda velocidad sobre el agua; y algún que otro tiro de los cazadores.
Estuvimos al menos dos horas, lo que nos dio el sol, y ya estamos deseando volverlo a repetir.












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